Martín M. Barillas
Washington, DC, 22 de julio de 2019 (LifeSiteNews.com). Líderes del American College of Pediatricians alertaron al inspector de salud (surgeon general) de EEUU acerca del uso de “hormonas e intervenciones quirúrgicas” en niños que están confundidos respecto de su sexo.
La carta fue dirigida al Dr. Jerome M. Adams, inspector de salud, y firmada por la Dra. Michelle Cretella y el Dr. Quentin Van Meter del American College of Pediatricians (ACP), junto a otros cinco pediatras [1]. En la carta, los galenos advierten al inspector general que el Royal College of General Practitioners del Reino Unido “(Colegio Real de Médicos Generales”, traducción libre) ha emitido una “alerta sin precedentes al público” acerca de “las dañinas intervenciones hormonales y quirúrgicas”, cuyos efectos en los menores de edad todavía no han sido sometidas a estudios a largo plazo [2].
La carta también expresó que estas intervenciones se “prescriben de manera rutinaria a jovencitos que tienen disforia de género como el nuevo ‘estándar de atención médica’ en lugar de una psicoterapia [en conformidad] con la ética”.
La disforia de género ha sido definida por la Asociación de Psiquiatría de EEUU como “un conflicto entre el género físico o asignado a la persona y el género con el que él o ella se identifica”. Hasta 2013, se le conocía como “desorden de identidad de género”. Hoy en día, algunos activistas transgéneros argumentan que la disforia de género no debería ser considerada para nada un desorden psiquiátrico y que, en vez de ello, debería ser considerada como una normal variación humana.
Pero la carta del ACP afirmó que del 61 al 98% de los niños afectados por la disforia de género la superan “si se les permite progresar a través de la pubertad de manera natural”. También observó que algunos estados permiten que los menores “consientan” a estas “intervenciones”, que a veces son irreversibles, sin que los padres se involucren. La carta advirtió que el bloqueo de hormonas o deagonistas de la hormona liberadora de gonadotropina son suministradas para impedir el crecimiento normal de los órganos sexuales y otros atributos durante la pubertad. “Típicamente, a esto le sigue el suministro de hormonas cruzadas (hormonas del sexo opuesto) cuyas dosis aumentan gradualmente para lograr niveles hormonales de adultos que corresponden al sexo opuesto”.
Además, la carta expresó que antes de alcanzar la edad adulta, algunas intervenciones implican la extirpación de las gónadas (los testículos o los ovarios) y de los senos, mientras se llevan a cabo cirugías para “simular los genitales del sexo opuesto”. Los autores de la carta advirtieron que “Las perjudiciales consecuencias de estas intervenciones incluyen, pero no se limitan a, la esterilidad, la disfunción sexual, las complicaciones quirúrgicas, la enfermedad tromboembólica (coágulos en las venas que bloquean la sangre) y cardiovascular, osteoporosis, malignidad (tendencia a empeorar de un estado de salud, como el cáncer) y tasas persistentemente elevadas de suicidio”.
Se dice que no hay pruebas psicológicas o médicas para “diferenciar entre la mayoría los jóvenes que desistirán de” su disforia de género. [Pero el problema es que] “a los profesionales de la salud cada vez más se les prohíbe investigar los factores psicosociales que pueden contribuir” a que los menores de edad se cuestionen su identidad de género. La carta lanzó la acusación de que a estos profesionales se les está exigiendo que “reafirmen la decisión de estos niños o niñas de identificarse con algo que no es la realidad de su sexo biológico” al mismo tiempo que los presionan para que acepten las “intervenciones” mencionadas arriba.
Los firmantes de la carta del ACP pidieron al inspector de salud que emitiera una advertencia a los profesionales de la salud acerca de los “riesgos graves e irreversibles para la salud” por parte de las “intervenciones médicas para la disforia de género”. También le pidieron que estas preocupaciones relacionadas con la salud fuesen incluidas en sus Public Health Reports (“Informes Públicos de Salud”, traducción libre). El ACP envió copias de esta carta al secretario Alex M. Azar del departamento del gobierno Health and Human Services – HHS – (“Salud y Servicios Humanos”, traducción libre) y también al abogado Roger Severino, director de la Oficina del HHS para los Derechos Civiles.
Continuará.
Notas:
[1]. https://www.acpeds.org/wordpress/wp-content/uploads/7.16.19-Surgeon-General-letter1963-v4.pdf.
[2]. https://www.rcgp.org.uk/policy/rcgp-policy-areas/transgender-care.aspx.