Mons. Abel Costas Montaño, obispo emérito de Tarija, falleció en la ciudad de Cochabamba, después de una larga y fecunda vida, el día 11 de febrero de 2015, fiesta de la Virgen de Lourdes. Había nacido en Pocona, Departamento de Cochabamba, el 25 de mayo de 1920. Ya desde joven sintió la llamada del Señor al sacerdocio. Cursó estudios eclesiásticos primero en los seminarios de San Luis Gonzaga (Cochabamba) y San Cristóbal (Sucre) y finalmente en el Seminario Conciliar de Villa Devoto (Buenos Aires, Argentina), guardando de todos ellos un agradecido recuerdo. En esta última ciudad fue ordenado sacerdote por el cardenal Santiago Ruiz para la Arquidiócesis de Cochabamba el 22 de septiembre de 1945.
De retorno a Cochabamba trabajó especialmente en la educación católica, siendo Subdirector y luego Director de la Escuela Normal Superior Católica “Sedes Sapientiae”, contribuyendo a la formación de nuevos profesores de religión y a la consolidación de la enseñanza religiosa en los establecimientos fiscales. Fue designado Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Cochabamba en noviembre de 1968 y ordenado obispo el 6 de enero de 1969 en la ciudad del Vaticano, Roma, por el Papa Pablo VI. Tuvo que soportar la oposición de algunos “católicos progresistas” que apoyaban la línea revolucionaria de la teología de la liberación, sin que por ello perdiera la ecuanimidad que caracterizó toda su vida.
Fue nombrado obispo para la Diócesis de Tarija el 11 de diciembre de 1974, tomando posesión el 6 de abril de 1975. Allí ejerció el ministerio episcopal por más de 20 años. Al inicio su misión pastoral fue muy difícil por la falta de clero diocesano ya que sólo contaba con un sacerdote y un seminarista en formación. Por ello su principal misión fue promocionar las vocaciones sacerdotales, que de tal modo que ordenó a consagró a varios sacerdotes diocesanos a los que amaba de corazón. De esta manera constituyó nuevas parroquias diocesanas al lado de las que ya funcionaban con sacerdotes religiosos.
Mons. Abel fue un pastor fiel al Evangelio y muy cercano a la gente y entregó sus mejores años al pueblo tarijeño y es por eso solía decir “soy cochabambino, pero mi corazón es tarijeño”. Llevó una vida encarnada en el evangelio de Cristo en oración y testimonio de vida ejemplar. Dedico muchos esfuerzos al servicio social de los más necesitados. Con ayudas externas creó el Barrio Juan Pablo II, Carlos Wagner y otros barrios con viviendas populares para personas de escasos recursos. El 13 de mayo de 1988 Mons. Abel tuvo la alegría de recibir al Papa Juan Pablo II en Tarija quien fue acogido con enorme cariño por más de 300.000 personas.
Según las normas canónicas, a los 75 años de edad presentó su renuncia al Papa, quien la aceptó el 20 de octubre de 1995. Retornó a su tierra natal en Cochabamba, recordando siempre con añoranza su etapa tarijeña. Le visitaban muchas personas amigas a las que acogía con todo cariño.
En Cochabamba Mons. Abel no se sintió jubilado sino que siguió trabajando muy activo en la pastoral, en la predicación y la administración de los sacramentos. Se hizo querer como pastor siempre abierto a acoger a quienes le buscaban. Durante varios años fue Director de programación de Radio María, afianzando su fidelidad a la Iglesia. Juntamente con Mons. René Fernández, Arzobispo de Cochabamba, y con Mons. Manuel Revollo, Obispo castrense emérito, impulsó la celebración del Congreso Eucarístico Mariano Boliviano en 1997 y también la creación de la obra laical “Apostolado de la Nueva Evangelización”.
Otro aspecto sobresaliente fue su colaboración con la Conferencia Episcopal Boliviana. Durante varios años fue Presidente de la Comisión Doctrina y Fe, contribuyendo a aclarar puntos discutidos y también haciendo frente a opiniones contrarias a la enseñanza de la Iglesia Católica. Valientemente supo oponerse en varias ocasiones a disposiciones legales o administrativas que contradecían la moral cristiana. Siempre lo hacía en un tono amable, buscando construir puentes para entablar un diálogo.
Se preocupó de iluminar a muchas personas en la verdadera fe a través de la publicación de artículos. Como fruto de ese esfuerzo pudo dar a luz en el año 2008 el libro “Mensajes de un Pastor de almas”, primorosamente editado por la Editorial Verbo Divino, donde se recogen 108 artículos publicados entre 1975 a 1995 en el periódico Presencia, diario fundado por el Episcopado Boliviano.
En este libro Mons. Abel aborda temas muy variados: Evangelización, Cristo (Nacido en Belén, Redentor, Eucarístico y Resucitado), María, Pontífices (Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II) y Sacerdotes santos (San Antonio María Claret, San Juan María Vianney y San Juan Bosco). Los artículos no sólo tocan temas tradicionales, sino también otros muy actuales, subrayando su fundamentación bíblica, dogmática y moral y mostrando una actitud abierta de diálogo. Al mismo tiempo se muestra la inteligencia privilegiada y la pluma elegante del autor, quien explica así la finalidad de su obra dedicada “ad maiorem Dei Gloriam”: “Con este humilde trabajo proclamo a Jesucristo ‘Evangelio viviente’, ensalzo a María Santísima ‘Estrella de la Evangelización’”.
¡Descansa en paz, querido Monseñor Abel!