Susan Ciancio
9 de abril de 2019
Imagine estar inmerso en algo tan siniestro y tan malo que usted no siquiera puede verlo. Eso fue exactamente lo que le pasó a Abby Johnson y la película Unplanned (“No planeado”, traducción libre) narra la historia de su redención. Basada en su libro, que lleva el mismo título, el filme está siendo proyectado actualmente en los teatros.
La película comienza con la directora de un centro de abortos, Abby Johnson, sentada en su oficina de Planned Parenthood haciendo papeleo. Una joven empleada le toca la puerta y le pide a Abby que ayude al médico al final del pasillo. Cuando Abby llega a la sala, el médico le explica que él sólo hace abortos con la guía de una ecografía y le pide que sostenga la sonda del aparato. En la pantalla ecográfica, vemos la imagen de un bebé de 13 semanas de gestación dentro del vientre de su madre. Abby mira fijamente a la pantalla a medida que el bebé patea y se mueve. El aborto comienza y Abby mira, sin poderlo creer, cómo el bebé intenta escapar del tubo de succión que ha penetrado en su hogar, hasta ese momento un lugar seguro y de agradable temperatura. Sus movimientos expresan cada vez más el pánico que siente, y vemos el pánico que también se refleja en el rostro de Abby a medida que se da cuenta de la realidad que va a ocurrir. De pronto, el bebé desaparece y el útero de la madre está vacío. La sangre del bebé llena los tubos hacia el lado de la paciente. Asqueada, Abby sale corriendo de la sala y huye buscando la seguridad de un baño bajo llave, donde, llorando, se deja caer al piso.